Departamento: Sonsonate. Título de
Ciudad: 7 de
Febrero de 1862.
Topónimo:
Significa
"la ciudad de las casas de obsidianas" .
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Orígenes y etimología
La
poderosa tribu yaqui o pipil de los Izalcos ocupaba, en la época de la
conquista y colonización hispánicas, el área costeña comprendida entre los ríos
de Paz y Chiquíhuat y entre la Sierra de Apaneca y el Océano Pacífico. Refiere
el cronista fray Juan de Torquemada que, a raíz del colapso del imperio tolteca
del Anáhuac, el último soberano de Tula, Topilzín Acxitl Quetzalcóhuatl II,
emigró a Centroamérica y que en estas latitudes fundó Escuintla, en Guatemala,
y Tecpan-Izalco y Cuzcatlán (1054), en El Salvador; de tal suerte que la
comunidad indígena de Izalco es de por lo menos de los albores de la segunda
mitad del siglo XI de la Era Cristiana. ¿Qué significa el nombre de Izalco?
Este toponímico proviene de las voces itz, obsidiana; cal (o al en forma
incluida), casa, y co, desinencia de lugar, ciudad. De tal suerte, que en
idioma náhuat significa "la ciudad de las casas de obsidianas" .
Época colonial
En 1550
Tecpan-Izalco tenía una población de unos 4,500 habitantes y era el núcleo indígena
más densamente poblado del actual territorio salvadoreño. Era tal su
importancia en los comedios de la segunda mitad del siglo XVI, a causa de la
trata y contrata del cacao y del bálsamo, que en 1572 los monjes del convento
de Santo Domingo de Sonsonate abandonaron esta villa y se trasladaron al pueblo
indígena de Izalco. Particularmente célebre la provincia de los Izalcos por sus
huertas y producción de cacao, exportaba por el puerto de Acajutla, en el lapso
de 1571 a 1574, según el cosmografocronista don Juan López de Velasco, la
"cantidad de trescientos mil ducados". El oidor don Diego García de
Palacio, en carta de 8 de marzo de 1576, dice al Rey Felipe 11 lo siguiente
respectó a la riqueza de los Izalcos en cuanto a producción de cacao se refiere:
"En efecto, era (en los tiempos precolombinos) la cosa más preciada que
acá había; ha crecido y multiplicádose tanto, después que están (estos pueblos)
en Vuestra Real Corona, con la libertad que tienen de verlo y trataldo, que de
esta provincia (de los Izalcos) principalmente y de su comarca se provee la
Nueva España (México) , de que hay mucho comercio y contratación de una a otra
parte. La calidad de esta fruta es casi fría, en tercero grado, úsase en las
bebidas generalmente y gástase y cójese tanto, que parece que lo que sale a
Nueva España y gastan en sus casas y labores. debe ser, en solos cuatro lugares
de los Izalcos, más de 50 mil cargas, que, a un precio común, valen quinientos
mil pesos de oro de minas. Yo les conté y repartí el tributo. Ocupan todos
ellos con sus huertas dos leguas en cuadro,... Cuentan estos naturales el cacao
por contles, xiquipiles y cargas: un contle es 400 almendras, un xiquipil 20
contles que son 8,000 almendras, y una carga 3 xiquipiles con 24,000 almendras.
Por estos números cuentan todas las cosas, y es el mayor que entre ellos se
halla". Es decir, que 50,000 cargas equivalían a 1,200 millones de
almendras. El mismo oidor Palacio informa, en otra parte de su carta de
relación, que 200 almendras de cacao "valen comunmente entre los indios un
real", y el ya citado cosmografocronista don Juan López de Velasco informa
que "no, consienten andar ganado dentro de esta provincia (de los Izalcos)
en veinte leguas que tendrá de contorno, por los cacaguatales, y así se proveen
de carne de fuera de la provincia". Ello de julio de 1586 llegó el padre
comisario fray Alonso Ponce, de 11;1 Orden de San Francisco, a un pueblo de
indios pipiles, del obispado de Guatemala y visita de clérigos "llamado
Izalco, en el cual había una iglesia muy grande que tenía las paredes de tapias
y la cubierta de paja, pero la portada y delantera era de cantería muy labrada,
suntuosa y soberbia, más con la iglesia de paja no decía muy bien; de aquel
pueblo y de los comarcanos se saca cada año gran suma de cargas de cacao,
porque es tierra muy rica y fértil de aquella fruta y moneda". En 1770,
año de la visita pastoral del arzobispo don Pedro Cortés y Larraz,
Tecpan-Izalco estaba dividido en dos parroquias: la de Dolores Izalco y la de
Asunción Izalco. "El pueblo de Izalco dice monseñor- está sitiado en el
alto, y aunque hay muchas casas juntas, pero también hay muchísimas esparcidas
y metidas entre los árboles y matorrales. Las Parroquias se dividen con una
calle, que cruza por medio del pueblo, que es muy dilatado". La parroquia
de Dolores, o barrio de arriba o de ladinos, estaba a cargo del presbítero don
Marcos Espinosa y Alvarado, eclesiástico "muy anciano, sordo, demasiado
rústico y nada a propósito", según etopeya del citado arzobispo, por lo
que le destinó como coadjutor al presbítero Pablo Velarde. La parroquia de
Asunción, o barrio de abajo o de los indios, no tenía cura párroco, estaba
vacante, pero la servia interinamente el presbítero Antonio Fetriani. En la
parroquia de Dolores había 933 familias con 3,455 personas y en el curato de
Asunción 912 familias con 2,212 personas, que hacían un total de 1,843 familias
con 5,667 almas. Esa población de los dos Izalcos estaba étnicamente repartidas
así: 230 familias de ladinos con 790 personas y 1,613 familias indígenas con
4,877 individuos. El cura don Marcos Espinosa y Alvarado dijo a monseñor que en
la parroquia de Dolores había "una escuela de niños, a la que concurren
como cien (alumnos) y que se les enseña la doctrina, a leer y escribir" mientras
el cura don Antonio Fetriani dijo al Ilmo. Prelado que en la parroquia de
Asunción "un ladino tiene escuela de niños, pero que no enseña a los
indios, ni éstos dan providencia para que sus hijos tengan escuela". Sobre
la resistencia de los indios a aceptar el nuevo culto e ineficaz acción
moralizadora de la Iglesia en las parroquias de Dolores y Asunción Izalco, el
señor arzobispo Cortés y Larraz dice: "En estas parroquias y en casi
todas, o en todas, se administra el bautismo sin ritualidades, sin las ceremonias
de la Iglesia; no en los templos sino en los xacales (ranchos) de los indios,
sin necesidad para ello, y después, a los cuatro o seis meses, se llevan al
templo los niños ya bautizados para que se les suplan las ceremonias de la
Iglesia; y habiendo querido reponer este abuso, responden los Curas: que no
quieren los padres que se bauticen sus hijos de otro modo; y estiman esta
causal por suficiente para una práctica tan injuriosa a las disposiciones de la
Iglesia; y aun temo, o que se hace poco mérito de mis decretos, o que los
juzgan como causa de que mueran algunas criaturas sin bautismo". "Lo
mismo sucede en los matrimonios, pues sobre no cuidarse de las amonestaciones
que prescribe la Iglesia, se casan cuando quieren en sus xacales y habiendo
algunos casados se llevan en tropa a la Iglesia para que muchos reciban las
bendiciones nupciales en una misa; y por más que se aleguen para esto
costumbres, caprichos y tenacidades de los indios, y el no querer recibir el
matrimonio de otro modo, no deja de influir en este desorden la codicia y
descanso (haraganería) de los curas, para desocupar a muchos en una misa".
"Es costumbre en estas como en otras parroquias, y en casi todas, casar a
los niños de doce y catorce años, y entonces es la primera vez que confiesan y
comulgan, si acaso lo hacen; a lo que se aumenta que los curas, al menos
algunos, y entre ellos el de esta Parroquia, hacen que el que se dice fiscal
salga por las calles a advertir a los indios, que los que tuviesen niños de
catorce años y niñas de doce, dispongan que se casen, porque no han de ser
frailes ni monjas; y aun se dice, que los precisan a ello con azotes y
encarcelamientos, porque ya en esa edad viven amancebados". "Pasó a
ser madrina de un confirmado -agrega monseñor una niña muy pequeña. Pregunté si
estaba ya confirmada. Y como en tono de zumba respondió uno: no sólo está
confirmada sino casada. Pareciéndome que no tendría la edad legítima, mandé que
la detuvieran en la Sacristía, y luego averigüé que tenía doce años y había
tres que era casada". "La gente de ambos sexos y de todas edades
-dice en otra parte Su Señoría Ilustrísima-, anda en tan torpe desnudez, que no
puede verse sin "horror ; esta desnudez junto a la embriaguez y ociosidad
ha de tener abismado al pueblo con todo género de desórdenes y vicios, y esta
es la fama común de Izalco". y volviendo al asunto de los matrimonios
prematuros y efectuados sin acatamiento a los preceptos católicos, monseñor
dice que esos casamientos "no se hacen por elección de los muchachos ni aun
de sus padres, sino de los principales y calpules que mandan con
despotismo" . En la parroquia de la Asunción existía y existe aún la
hermosa campana que en 1533 regaló a esta parroquia el Emperador Carlos I de
España y V de Alemania, la que fue consagrada solemnemente en 1580. También se
admiran cerca de la actual iglesia las ruinas del primitivo templo de Asunción
Izalco, destruido por el terremoto de Santa Marta en 1773. En 1810, según el
presbítero Domingo Juarros, Izalco tenía una población de más de 6,000 habitantes.
Durante toda la Colonia formó parte de la provincia de los Izalcos o alcaldía
mayor de Sonsonate.
Época federal
Época federal
Al
emitirse la primera Constitución Política de El Salvador, el 12 de junio de
1824, los pueblos de Dolores y Asunción Izalco quedaron incluídos en el
distrito y departamento de Sonsonate. Durante la administración del Vicejefe
don Mariano Prado y por Decreto Legislativo de 6 de abril de 1827, se erigió en
cabecera de distrito, con el título de villa, el antiguo pueblo de Izalco, en el
departamento de Sonsonate. Formaron dicho distrito o partido, además de la
villa de Izalco, los pueblos de Guaymoco (hoy Armenia) y Caluco, segregados
como la cabecera del distrito de Sonsonate, y los de Cuisnahuat y San Julián
Cacaluta, segregados del partido de Opico. A principios de septiembre de 1827
el general Manuel José Arce, Presidente de la República Federal de Centro
América, fijó en esta población el cuartel general del ejército de la
Federación que combatía contra las autoridades estatales de El Salvador;
presididas, como queda indicado, por el Vicejefe don Mariano Prado. EllO de
octubre del mismo año, el general Arce recibió en Izalco a los comisionados del
gobierno salvadoreño, señores Timoteo Menéndez .y Francisco Gómez, quienes eran
portadores de dilatorias proposiciones de paz. En noviembre de 1832 hubo un
levantamiento de indígenas en Izalco. Lo provocó el presbítero Pablo Sagastume,
del partido conservador o cachureco, y lo acaudillaron los aborígenes Felipe
Vega y Manuel Amaya. Los revoltosos atacaron, asaltaron y saquearon la ciudad
de Sonsonate El partido de Izalco perdió los municipios de Cuisnahuat y San
Julián Cacaluta a favor del partido de Opico, por Ley de 22 de mayo de 1835.
Sin embargo, por otra de 30 de septiembre de 1836 se le reincorporaron esos
mismos municipios, más el de Zapotán (hoy Santa Isabel Ixhuatán). Durante la
administración del patricio don Timoteo Menéndez, Vicejefe del Estado de El
Salvador, y por Decreto Legislativo de 24 de febrero de 1838, se fusionaron en
una sola y con el título de villa las municipalidades de Dolores y Asunción
Izalco. Esta disposición la tomó el Poder Legislativo compenetrado "de las
justas razones que ha manifestado el Gobierno sobre la conveniencia de que la
población de Izalco tenga una sola municipalidad, siendo la principal (la) de
que habiendo dos como está en el día es menos capaz de sostener aquellos
establecimientos que aseguran los progresos de sus habitantes y su mejor
régimen".
Sucesos posteriores
El 11 de
marzo de 1842 el general Francisco Malespín ocupó la villa de Izalco y fusiló
en la plaza pública al diputado señor Francisco Zaldaña y al señor Pioquinto
Hernández, cabecillas del pronunciamiento de los izalqueños en favor de la gran
causa sostenida por el general Francisco Morazán. A pesar de estar reunidos
bajo una sola autoridad municipal los antiguos pueblos de Dolores y Asunción
Izalco, las rivalidades entre uno y otro, o si se quiere mejor entre ladinos e
indios, se fue acentuando al correr de los años. En 1853 los vecinos de
Asunción Izalco, barrio de abajo o de los indios, solicitaron a las Cámaras
Legislativas la creación de un gobierno municipal propio, "en razón de
serles muy perjudicial" la unión con el pueblo de Dolores Izalco. Como tales
vecinos no aportaron ninguna prueba en favor de su petición la Cámara de
Diputados, en sesión de 2 de abril de 1853, acordó facultar al Ejecutivo
Nacional, que presidía el licenciado don Francisco Dueñas, para que con los
informes convenientes resolviera lo que creyese más acertado y diera cuenta de
lo actuado a la legislatura del siguiente año. El 4 de mayo de 1853 el
Ejecutivo acordó que quedaran separados los pueblos de Dolores y Asunción
Izalco, como lo estaban antes del 30 de septiembre de 1836, debiendo el primero
nombrar dos alcaldes, cinco regidores y un síndico, y el segundo un alcalde,
cuatro regidores y un síndico. Se acordó, además, que la jurisdicción de los
dos pueblos sería la que desde tiempos inmemoriales hubiesen reconocido, pero
que para perseguir y aprehender a los que delinquieran no se reconocerían
fronteras entre uno y otro. Esta resolución la tomó el gobierno dueñista
"atendiendo a que en la vida de los hombres influyen mucho las costumbres,
a que es del gusto de ambos (pueblos) separarse, y que en tal caso la
Municipalidad existente no es adecuada para continuar en ninguno de ellos, por
haber concurrido a su nombramiento el que quedase sin ella".
Dolores Izalco
El 23 de
agosto de 1854 falleció en esta población el general Isidoro Saget, militar
europeo que dejó historia en los fastos de la América Central y quien hacía
poco tiempo había obtenido del gobierno salvadoreño el exequatur como agente
consular del gobierno de su Majestad Imperial Napoleón III. En un informe de
Dolores Izalco, de 18 de agosto 1859, aparece con una población de 4,543
habitantes. "Se compone dice ese documento- de ciento doce casas de teja,
entre ellas hay cuatro de consideración por su decencia y comodidad, y
setecientas cincuenta y seis de paja". "Edificios públicos hay tres:
el primero es el cabildo de treinta y seis varas de longitud y doce y media de
latitud inclusive su corredor de cuartón volado; consta de tres piezas, la más
extensa sirve a la Municipalidad y Juzgado de Paz, otra al Alcalde y demás ministros
de justicia, y la última al Sr. Juez de 1a instancia; en su respaldo está el
calabozo y potrero donde se depositan los criminales, faltando la muy
interesante cárcel de mujeres. El segundo es la iglesia parroquial de una
extensión considerable y a la vez se han repellado y blanqueado sus paredes
interiores lo mismo que su frontispicio; y el tercero es la casa conventual
recientemente refaccionada y blanqueada y de bastante capacidad para la
habitación del cura". "Esta jurisdicción tiene cinco Valles que son:
Talcomunca, La Quebrada, Piedras Pachas, El Bebedero y Paso de las
Yeguas". "La (siembras) de cáfé es necesario confesar que se ha visto
por estos vecinos con bastante indiferencia, pues entre muchos cultivadores
apenas se encuentra el resumen siguiente: en almácigo, 200,000; plantío,
40,000; en cosecha, 6,000". "El cacao, sin embargo de no ser
cultivado sino de un modo desdeñoso, ni de tener protección alguna, ni estímulo
que lo impulse, lo vemos con frecuencia en nuestro mercado en ínfimas porciones".
A pesar de ser Dolores Izalco una población de ladinos, había también un fuerte
núcleo de indígenas. "El común dice el informe municipal citado-, en quien
reside la soberanía de ellos, tiene la preocupación de observar en sus
funciones el baile del "Tepunaguaste"; el instrumento es una Troza de
madera fina del tamaño de una vara de largo, de un grueso torneado más que
regular y su hoquedad da un ruido tierno y onduloso; el que lo toca canta una
canción en jerigonza (en idioma náhuat), y al son que forma acompañado de pitos
y tambores bailan en su circunferencia los principales concurrentes. Es una
lástima que ni por tradición ni otra causa se encuentre la más pequeña noticia
del objeto a que se dirige tan antigua como inveterada preocupación". Los
fondos municipales se formaban de las recaudaciones de impuestos de teajo, de
cerdos, canón de terrenos y maderas, de plaza, de billares, multas y pago a las
obras de beneficencia, pero no ascendían anualmente, si no a unos 700 u 800
pesos. La escuela de varones de Dolores Izalco, no obstante haber sido fundada
con muchos años de anticipación y de que sus preceptores habían permanecido
largo tiempo en el ejercicio de su ministerio no había progresado notablemente.
"No puede decirse otro tanto agrega el informante municipal- de la escuela
de niñas. Ella se estableció a principios de Mayo de 1855, bajo la dirección de
la Señorita Doña Felipa Gómez, y a esta fecha, ha demostrado satisfactoriamente
el provecho de sus afanes, y lo más digno de notarse es la formación moral de
siete u ocho niñas capaces de optar al destino de Preceptoras". Las
principales autoridades de Dolores Izalco eran: una municipalidad compuesta de
un alcalde, cuatro regidores y un síndico; y un Juez de la Instancia y un Juez
de Paz, ambos con sus suplentes. Además existían los siguientes empleados: el
secretario municipal, el secretario del Juzgado de la Instancia, el tesorero
municipal, un juez de policía y dos preceptores, uno para la escuela de varones
y otro para la de niñas. Como testimonio del pasado quedaban los
"vestigios de tres iglesias en Santa Teresa, Santa Cruz y San
Sebastián", de las cuales sin embargo "no hay noticia alguna de su
construcción y desaparecimiento". "Al noroeste de esta villa está una
montaña de bastante extensión, y sus maderas de construcción quedaron
arruinadas en la erupción del volcán en Agosto de 1856".
Asunción
Izalco
En un
informe municipal de Asunción Izalco, del mes de diciembre de 1859, aparece con
una población de 2,863 habitantes. "Hay sesenta casas de teja dice ese
documento , pequeñas la mayor parte de ellas y seiscientas veintiséis de paja,
de todos tamaños y cubiertas con paredes de bajareque y varas de una planta
llamada ageaó de muy poca solidez". "Sus calles de una regular
anchura y sobre un terreno desigual y pedregoso, corren de Norte a Sur y de
Este a Oeste bien delineadas marcando las manzanas de cien varas que comprende
el vecindario". "Esta población se cree que cien o doscientos años
antes de ahora (de 1659 a 1759) sería muy grande y populosa, en atención a los
cimientos y otras señales de edificios que se encuentran a sus inmediaciones
por el Sur, y el gran templo arruinado (por el terremoto de Santa Marta en
1773) cuyos vestigios se ven a orillas de esta plaza, todo de cal y canto y de una
construcción poco común, según informes de personas fidedignas que lo
conocieron; posee también una campana de enorme tamaño que fue fabricada el año
de 1580 y consagrada a la Virgen de la Asunción, patrona de esta Villa, el año
de 1733; el de una construcción tal que en todo este tiempo, sin embargo del
uso cotidiano, no ha sufrido hasta ahora la más pequeña alteración".
"En el interior de esta población y a inmediaciones de esta plaza se
descubrieron el año de 1855 como a distancia de seis o siete varas de la
superficie de la tierra, unos cimientos .de calicanto formando paredes y arcos
que demostraban ser parte de algún edificio subterráneo", y efectivamente
eran las catacumbas del soberbio y destruido templo de Asunción. "En
cuanto a edificios públicos -sigue informando el documento aludido, posee su
Iglesia regularmente adornada, una casa conventual donde habita el Cura
Párroco, que lo es en la actualidad (diciembre de 1859) el Presbítero Don José
María !caza; un extenso cabildo con su cárcel, etc. y una casa de escuela con
capacidad para la enseñanza de más de sesenta niños. Esta y la casa conventual
fueron construidas en su mayor parte a espensas y por el celo del Cura propio
de esta Parroquia, Ilustrísimo Señor Don Tomás Miguel Pineda Saldaña, Obispo
ahora de esta Diócesis; todos estos edificios se hallan al presente
deteriorados como otros varios del vecindario, a consecuencia del terremoto
acaecido en la noche del día ocho del corriente mes, y no se ha proyectado
hasta ahora su reparación por la continuación de los movimientos de tierra, que
no se han dejado de sentir hasta hoy, aunque más pequeños".
"Antiguamente se hacían grandes cosechas de cacao de muy buena calidad,
que se espendían en el interior y en el extranjero, y habiéndose dejado de
cultivar aquella planta, se ha sustituído con la caña de azúcar, el café, el
chile, la costarica y ajonjoli'.
Orígenes del Volcán de Izalco
El
informe municipal de Asunción Izalco del mes de diciembre de 1859, fija en el
año de 1772 el nacimiento del célebre volcán de Izalco, llamado también por los
marinos que recalaban la rada de Acajutla, "Faro del Pacífico",
"Faro de El Salvador" y "Faro de la América Central", a
causa de sus notables y frecuentes erupciones de magma incandescente. "Al
Norte y a distancia de tres leguas dice ese documento- está situado el gran
volcán de fuego, llamado comúnmente" el Izalco", que se mantiene
constantemente en acción y sirve de faro a los navegantes del Pacífico, que se
aproximan a' las costas de Acajutla. La historia de este gran coloso, que de
tiempo en tiempo amaga con sus grandes erupciones y retumbos a los Izalqueños y
pueblos comarcanos, sin embargo de ser tan reciente su existencia, que según
noticias no cuenta más que ochenta y siete años, sería fecunda e interesante;
pero desgraciadamente nada existe en los archivos municipales concerniente a
este asunto y que pudiera referirse con certeza; pero se sabe que ha ocasionado
grandes conflictos a estos pueblos con las grandes erupciones que ha hechado en
distintas épocas, cuyas corrientes de lava han llegado hasta un cuarto de legua
de la Villa de Dolores". El profesor Jorge Lardé, el mejor biógrafo del
volcán de Izalco, fija documentalmente hacia el año de 1606 el nacimiento de
este coloso plutónico, aun cuando al principio fue un volcán sin cono y de
insignificante importancia. Las erupciones indudables de 1722, 1745, 1753,
1762, 1765, y 1770 son anteriores a las de 1772, que menciona el tantas veces
citado informe municipal, y las de 1775, 1780, 1783, 1790, 1793 y 1798
terminaron por completar su fisonomía, dotando al Izalco de un cono lávico
propio y distinto del cono del Ilamatepec o volcán de Santa Ana.
Título de Ciudad
Durante
la administración libérrima y progresista del capitán general Gerardo Barrios,
el más grande estadista salvadoreño de todos los tiempos, se emitió el Decreto
Senatorial de 7 de febrero de 1862, en virtud del cual las villas de Dolores y
Asunción Izalco se elevaron conjuntamente a la categoría de ciudad, con la
denominación de izaleo y cobijadas bajo un mismo gobierno municipal, como lo
habían estado en el lapso de 1836 a 1853. Esta gracia se acordó a favor de
Izalco, por el número de habitantes que tenían los antiguos pueblos de Dolores
y Asunción como por el progreso a que habían llegado las industrias y
agricultura en ambas comunidades. Hubo dificultades en la recta aplicación de
este Decreto del Senado, y según parece, no obstante que el Poder Ejecutivo
quedó autorizado y facultado para funsionar las dos municipalidades en una
sola, no se logró darle efectividad a tal disposición. En efecto, durante la
administración del licenciado Francisco Dueñas y por Decreto Legislativo de 18
de febrero de 1869 se volvió a ordenar que los vecinos de Dolores y Asunción de
Izalco eligieran una sola municipalidad, como en efecto lo hicieron bajo la
presión del gobierno.
Últimos
sucesos
En 1890
la ciudad de Izalco tenía una población de 8,968 habitantes. De ella dice el
geógrafo don Guillermo Dawson: "Sus calles son pintorescas. Sus
alrededores bellísimos, y en toda la ciudad hay cierto no, sé qué que trae a la
mente del visitador recuerdos históricos que datan de muchos siglos". En
enero de 1932 fue una de las poblaciones más afectadas por la insurrección
campesina, movimiento erróneamente llamado "levantamiento comunista".
Cerca de 8,000 indígenas y ladinos de Izalco fueron pasados por las armas o
matados como perros en sus ranchos y caminos. El indio Ama, cacique del lugar,
pagó en la horca sus crímenes. Esa masacre se llevó a cabo durante la incipiente
administración del general Maximiliano Hernández Martínez y fue el basamento de
una larga dictadura de ingratos recuerdos para el pueblo salvadoreño. Esa
dictadura se inició con la sangre derramada de tantos inocentes campesinos y
terminó con la sangre de los héroes del 2 de abril y mayo de 1944.
Hombres ilustres
General
Francisco Malespín, quien fue Presidente del Estado en los períodos del 10 de
enero al 9 de mayo de 1844 y del 16 de junio a diciembre del mismo año. Fundó
la primera banda regimental, encendió el primer farol del alumbrado público en
San Salvador y contribuyó notoriamente en la fundación del Colegio de la
Asunción y Universidad Nacional. Murió trágicamente en San Fernando,
departamento de Chalatenango, y su cabeza, como trofeo, fue expuesta al público
en la garita de San Sebastián de San Salvador. Los hermanos académicos don
Rubén y don Abraham Rivera, de hondo valimento en la cultura patria y de
brillante actuación profesional en la ciudad de Sonsonate. Doctor Arcadio
Rochac Velado, farmacéutico y escritor costumbrista y jocoso de altos vuelos.
Doctor Alfonso Rochac, uno de los más brillantes economistas centroamericanos,
de fama mundial.
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