Otro proyecto de intenciones similares es Pro-náhuatl, impulsado por estudiantes de la Universidad de El Salvador. Su coordinador, Alirio Ravín, sostiene que en un primer momento el esfuerzo era solo su tesis de graduación, pero que el grado de identificación que se generó con la comunidad de su estudio cambió sus planes. “Convivir más dos años con la comunidad de Santo Domingo de Guzmán me hizo ver que esto no podía quedarse en una simple tesis. Tengo la satisfacción de haber recuperado una parte ancestral muy autóctona del país”, aseveró.
En lo personal, yo soy testigo de este esfuerzo que se ha hecho en la Universidad de El Salvador; ya que este año pasado iba a ingresar a aprender náhuatl en dicha universidad, pero por cuestiones personales ya no pude.
En el náhuat existen variedades (dialectos) del que difieren sistemáticamente, y aunque en general el grado de inteligibilidad mutua entre variantes de náhuatl es alto, el náhuatl clásico probablemente era parcialmente ininteligible con el pipil o el pochuteco. En El Salvador el náhuat que se habla es el Náhuatl Pipil.
"El náwat centroamericano, antes hablado desde Chiapas hasta Costa Rica, no es ni un dialecto del náhuatl clásico ni una forma “corrupta” de náhuatl. Es una lengua hermana del náhuatl que empezó a separarse hace unos mil quinientos años. El náwat nicarao y el náwat pipil no son idénticos pero son tan semejantes como formas regionales del español americano. La importancia de este hecho es que ahora con mejores conocimientos de la lengua náwat pipil de El Salvador, se puede llegar a una mejor aproximación de obras maestras como El Güegüence de Nicaragua y el Kujtan kuyamet de El Salvador. También refuerza las fundaciones de una cultura centroamericana y ofrece esperanza a los nicaragüenses que quieren recuperar su lengua ancestral".
Rick Mc Callister
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